lunes, 12 de marzo de 2007

I. JUSTIFICACIÓN DE NUESTRO TRABAJO



Son varios los objetivos de la Educación Artística que justificarían la inclusión del lenguaje teatral y de los títeres en el programa escolar. Hagamos un repaso de la aportación que estos medios expresivos hacen en la construcción del currículo escolar.

El trabajo con títeres está íntimamente ligado al trabajo corporal, musical, plástico y literario en primera instancia. Con una mirada más profunda, se puede encontrar un vínculo entre el trabajo de experimentación con títeres
y las variadas áreas del quehacer educativo, a las que es posible acercarse buscando la forma en que la multidisciplina se vuelva posible.

Trabajar con profesores de otras áreas de forma conjunta, dispuestos a participar del proyecto, es una situación ideal que no siempre se puede llevar a la práctica. Si se cuenta con la participación de otros docentes, la tarea se comparte y se completa, pudiéndose abarcar más objetivos. Resulta enriquecedor compartir la tarea entre los docentes de plástica, lengua, música, conocimiento del medio, etc., ya que cada uno puede llevar adelante una parte del proyecto desde su área.

No obstante si el trabajo global no fuera posible, la tarea igualmente se puede realizar asumiendo menos docentes la programación del proyecto de títeres y dramatización y dando la posibilidad de que ésta se desarrolle más lentamente y a más largo plazo.
Pero ¿cuáles son las aportaciones que el taller de teatro de títeres hace a la construcción curricular? Para dar respuesta a esta pregunta son necesarias algunas reflexiones previas:

La escuela se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de las sociedades desarrolladas. Esta importancia se sustenta en el papel de agente socializador y en las funciones que cumple para la sociedad, y que resultan
imprescindibles para lograr el progreso social e individual en un mundo que crece en complejidad. La escuela, aunque hablemos de los niveles inferiores transmite conocimientos, valores y actitudes necesarios para la vida en común, abarcando los ámbitos político, económico y social.

Estos contenidos, valores y actitudes se incorporan al bagaje del individuo a lo largo de los años de escolarización a través del currículo (áreas de conocimiento del medio, lengua, matemáticas, etc.) y la vida escolar. Habría que matizar que no solamente a través de la escuela, ya que existen otros agentes de socialización que transmiten estos contenidos (los medios de comunicación, la familia…), pero es innegable el influjo que ejerce la escuela.

El taller de dramatización como instrumento para una formación integral de la persona supera muchos de los límites actuales de los métodos de enseñanza.
El taller de teatro o la metodología teatral se convierte en un excelente complemento, iría más lejos, puede significar un elemento fundamental para el trabajo educativo y para la vida misma.

Al trabajar los títeres y concretamente las sombras chinescas y el teatro negro en la escuela nos marcamos unos objetivos generales que podemos describir del siguiente modo:
1. Comprender las posibilidades del sonido, la imagen, el gesto y el movimiento expresivo como elementos de representación y utilizarlas para expresar ideas, sentimientos y vivencias en situaciones de comunicación, de forma útil y gratificante.
2. Realizar producciones colectivas con sentido artístico que supongan papeles diferenciados y complementarios en la elaboración de un producto.

Antonio Sánchez.


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